Prender las luces

 

Me inquieta no ganarle al atardecer y llegar a mi casa cuando ya esté oscuro, en sí lo que me inquieta es llegar después de oscurecer, a mi me gusta llegar antes y prender todas las luces de mi casa, sé que esto va en contra de todo cuidado ambiental y de ahorro de un dinero que no tengo. Ahora me doy cuenta que es un ritual que llevo practicando desde niña: evitar los momentos de oscuridad. Esto me ha llevado a ir midiendo cómo avanza la luz del sol, saber cuántos minutos me quedan antes de que se vaya por completo, pensar en una ruta de encendido de luces por mi casa, cuál dejar prendida primero y cuáles le siguen, yo no dejo ningún momento a oscuras, no me lo puedo permitir, duermo con lámparas de noche encendidas desde que tengo memoria - ¿Qué es lo que te da miedo? -  Me preguntaron en terapia -Los fantasmas- Respondí dudando que no fuera obvio. ¿Y qué son esos fantasmas?

Todo, para mi todo lo que da miedo es un fantasma: algo que no puedo ver, que está ahí y puede lastimarme. Siento fantasmas en todos lados, hace mucho que dejaron de verse como una sábana con dos agujeros o como una sombra o como un ser de aspecto terrorífico, sobrenatural, con poderes y super fuerza, esos fantasmas poco a poco se han ido convirtiendo en memorias recurrentes, recuerdos dolorosos, personas que ya no están, sus ultimas palabras, los momentos en que fui vulnerada, abandonada, violentada, los fantasmas son sobre todo una manera de nombrar todo lo que sucede alrededor de mi soledad. Siempre creí que las personas que vivían solas o que pasaban mucho tiempo sin compañía era porque eran muy valientes, que un día decían: Quiero vivir solx, descubrí que yo nunca lo decidí, que simplemente por un montón de contextos, casualidades, giros en la trama y desarrollo de otrxs personajes de mi vida he pasado muchos momentos sola.

 

Para ahuyentar a los fantasmas hay tres maneras, la primera es nunca estar solx (Porque es bien sabido que los fantasmas nunca atacan a dos personas), la segunda es no estar a oscuras, la tercera se usa en caso de que estés sola y haya luces apagadas: hay que cantar o hablar en voz alta, algunxs prefieren rezar, pero es prácticamente lo mismo, una canción favorita se dice casi como un rezo, sin tropiezos, con fe y sentimiento.


En mis sueños a veces peleo a golpes con fantasmas y les gano, también he peleado con mi padrastro, con hombres que no conozco pero que sé que son malos, con algunos animales no identificados y una vez con una nube llena de agua, en esos sueños yo gano, sé que en una pelea yo podría ganar porque aprendí en mis sueños.

 

Recuerdo que una vez cuando era niña me quedé dormida por la tarde, cuando desperté todo estaba a oscuras, era una oscuridad como de las 9 de la noche pero en un pueblo, sin luces en la calle, recuerdo que no podía caminar porque no sabía a dónde iba, tropezaba, había algo de pesado en esa oscuridad, algo que me oprimía,  algunas veces también despertaba y esa sensación regresaba, estar adentro de esa oscuridad, ser aplastada por ella, muchas veces era mi hermana tapándome la cabeza con una almohada, ella se quitaba en cuanto yo empezaba a patalear con fuerza, al pasar el tiempo ese recuerdo se convirtió en el ataque de un fantasma, una niña que vivía en mi casa y que de vez en cuando me rompía escobas en la cabeza o intentaba asfixiarme mientras dormía.  

Dormir siempre me ha sido difícil, más aún dormir sola, hay algo de aterrador en la idea de dejar mi cuerpo expuesto y vulnerable por tantas horas, duermo poco y sueño mucho, -Estás en un lugar seguro, duerme- Me lo digo muy seguido, pero deseo que alguien más me lo diga, que alguien vele mi sueño y me abrace las 8 horas que mi cuerpo adulto debe dormir para poder descansar y llevar a cabo muchas de sus funciones.

A veces creo que ya no hay ningún lugar seguro para mí, me es difícil pensarlo porque sé que los fantasmas están por ahí, en todos lados, dentro y fuera de mi.

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